Sobre los orígenes de esta raza que toma su nombre de los valles bergamascos donde mayor era su difusión, existe una disputa aún no resuelta entre los cinófilos franceses e italianos. Los primeros sostienen que el Pastor Bergamasco desciende del Pastor de Brie, reivindicando casi un derecho de primogenitura. Los italianos por su parte, invalidan tal argumento al establecer que ha sido el Pastor Bermeo quien influyó morfológicamente en el pastor francés. Si, como por otra parte parece cierto, ambas razas descienden de los perros traídos a Europa por pueblos venidos de Asia, resulta lógico pensar que éstos hayan estado antes en Italia que en Francia. De todos modos, estas dos razas tienen muchas afinidades y, su procedencia, está relacionada con el antiguo "canis familiaris matris optimae" más conocido como "perro de la edad del bronce". Llegados por lo tanto a Europa con pueblos asiáticos, estos perros se adaptaron en las diversas regiones siendo el origen de casi todas las razas de pastor. Su evolución, está en relación directa con los factores climáticos, ambientales y los trabajos que estas razas realizaron. El Pastor Bergamasco, se extendió por toda la región nordoccidental alpina y, a finales del siglo pasado se conocía simplemente como "Perro de montaña". Sucesivamente se definió como perro "Pastor de los Alpes italianos" para llegar finalmente, a la denominación actual de Perro de Pastor Bergamasco reconociendo de este modo, de manera justa, sus orígenes y su mayor difusión por los valles bergamascos. La disminución del pastoreo ha provocado, en tiempos relativamente recientes, su desaparición casi total, que se evitó gracias a unos pocos criadores apasionados. Hoy por hoy es posible decir que el Bergamasco ya no corre ningún peligro de extinción y que se está difundiendo cada vez más no sólo en Italia sino también en toda Europa.